jueves, 30 de abril de 2009

LEGION DE MARIA II


Deberes Básicos De Los Legionarios


1. Asistir a la Junta Semanal del Presidium

2. Cumplir el trabajo semanal (Apostolado)

3. Informar de viva voz en la junta sobre el trabajo de la semana.

4. Guardar secreto inviolable

5. Rezo diario de la Catena Legionis

6. Relaciones mutuas entre los socios.

7. Extender la Legión.

8. El Estudio del manual.

9. Retiro Anual

10. Unir la oración al Trabajo.

11. Devoción a la Santa Eucaristía


Algunas Obras De Apostolado Legionario


1. Visitar a los hospitales, incluso a Hospitales Psiquiátricos.

2. Obras en beneficio de los más míseros y abandonados de la población.

3. La Visita domiciliaria

4. El Censo Parroquial

5. Distribución de Prensa Católica

6. Librería Ambulante

7. Obras en beneficio de la niñez:


a) Asistencia d los niños a la misa

b) Visitar a los niños en sus casas

c) La Catequesis a los niños


8. El Estudio

9. El Apostolado a favor de la sirvienta católica

10. Obras Parroquiales varias

11. Difusión del Santo ROSARIO a la VIRGEN MARIA:



Siguiéndola, No te extravías;

Invocándola. No te desesperas;

Pensando en ELLA, No te pierdes;

Apoyado por ELLA, No caes;

Con su favor, No temes;

Escudado por ELLA, No desfalleces;

Guiado por ELLA Llegas al fin.



Oración


Oh Señor Jesucristo, medianero nuestro delante del PADRE, que constituiste a la Santísima Virgen Tu Madre para que fuese también Madre Nuestra y medianera delante de ti, haz que cuantos a ti acudiesen para pedirte beneficios, se gocen de haberlo conseguido todo por ELLA. Así Sea.

LEGION DE MARIA

LA LEGIÓN DE MARÍA es una Asociación de Católicos que con autorización eclesiástica, han formado una Legión, para servir a la Iglesia en su perpetus lucha contra el mundo y sus malignas potestades, acudillados por aquella que es Bella como una luna: Brillante como el sol, LA VIRGEN MARIA



La Legión de María, nació en Dublín, Irlanda, a las 8 de la noche del 7 de septiembre de 1921. Siendo su principal fundador Frank Duff. Fue un hombre de gran FE, trabajó hasta el último momento de su vida y fue ejemplo de entrega y AMOR a MARIA.


Lema



"A Jesús por María"



Finalidad:


La Legión de María, tiene por fin la Gloria de DIOS, a través de la Santificación personal de sus propios miembros mediante la oración y la colaboración activa, bajo la dirección de la jerarquía a la Obra de la Iglesia y de María, de aplastar la cabeza de la serpiente infernal y ensanchar las fronteras del Reinado de Cristo.


Espíritu De La Legión:


El espíritu de la Legión de María es el de María misma. Y de manera particular anhela la Legión imitar su profunda humildad, su perfecta sumisión, su dulzura angelical, su continua oración, su absoluta mortificación, su inmaculada pureza, su heroica paciencia, su celestial sabiduría, su amor a Dios intrépido y sacrificado; pero, sobre todo, su fe: esa virtud que en Ella, y solamente en Ella, llegó hasta su más alto grado, a una sublimidad sin par. Animada la Legión con esta fe y este amor de María, no hay empresa, por ardua que sea, que le arredre; ni se queja Ella de imposibles, porque cree que todo lo puede ( Imitación de Cristo, lib. III, cap. 3:5).



Patronos De La Legión:


San José, San Juan Evangelista, el Arcángel San Miguel, el Arcángel San Gabriel, San Juan Bautista, San Pedro, San Pablo y San Luis María de Monfort, este último Patrono e inspirador de la Legión.


miércoles, 29 de abril de 2009

LAS VIRTUDES DE LA VIRGEN MARIA


continuación se muestran algunas de las tantas virtudes que tuvo la madre Maria fiel servidora de Dios quien siempre supo hacer lo que este le ordenaba, siempre se resigno a sus decisiones aunque estas fuesen como fuesen.


Entre estas virtudes se encuentran:


-La humildad: Nuestra Madre fue siempre una mujer humilde, alguien que siempre adoró la grandeza del padre, nunca se quejó.


- La Sencillez: Es aceptar todo sin exigencias, aceptar lo que Dios no depara para nuestra vida, así como lo hizo nuestra Madre Maria quien nunca reprochó ni se quejó de lo que Dios depuso para su vida.

- Fé, Esperanza y Caridad: Son las más ejemplares virtudes que tuvo nuestra Madre Maria, ella aceptó todo lo que Dios le impuso sin dudar en ningun momento, nunca exigió a Dios alguna prueba para justificar su fé, fue fiel devota hasta el día de su muerte.

-La obediencia: Nuestra madre fue obediente a todos los mandatos de Dios, cuidó de su hijo hasta el día de la muerte inculcándole la mejor educación y forma de vida posible cumpliendo así con la voluntad de Dios quien le encomendó esta ardua tarea.

-La Mansedumbre: Maria fue una mujer mansa de corazón y espíritu, obedeció la voluntad de su padre hasta en las más difíciles circunstancias y nunca dijo que no a sus disposiciones, nunca fue una persona alardosa ni busca pleitos, dedicó toda su vida simplemente a la devoción y entrega total a su Dios.

-Respeto: Maria mostró respeto al Padre durante toda su vida incluso antes de recibir la gracia de llevar su hijo en su vientre, siempre respetó a Dios, no por miedo sino por fé, un respeto que manifestó obedeciendo todos sus mandatos sin nunca dudar en cumplirlos.

-La Pobreza: Nunca se apegó a nada material siempre estuvo lista para recibir lo poco o lo mucho que Dios le ofreciera, nunca se quejó de su vida de pobreza y fue obediente en todo momento.

-La Generosidad: No dudó en ningún momento en entregar a su hijo, le dolió hacerlo como toda madre a su hijo pero no titubeo al aceptar esto, esto demuestra una vez más la fé y el amor que le profesaba a su Señor.
-Pureza: La Santísima Madre Maria fue siempre pura y virgen, amó a Dios como a nadie más y obedeció todos sus mandamientos por fé. Llevó una vida de pureza a la que nunca renunció, es por eso que hoy es ejemplo de todos y todas.
-Disponibilidad: Nuestra Madre Maria siempre estuvo disponible para nuestro Dios nunca dijo “NO” siempre escucho y obedeció lo que Dios le deparaba

MARIA DE LA VIRGEN EN LA VIDA DE JESUS


Durante la Vida Pública de JesúsEn los tres años de vida pública de Nuestro Señor Jesucristo hallamos a María Santísima principalmente en tres momentos:

1º Las Bodas de Caná

Había sido invitado Jesús con sus discípulos a unas bodas, a que asistía también María. Durante la comida faltó el vino. María se lo advirtió a Jesús. "Mujer, le contesta el Salvador, ¿por qué te diriges a mí? No ha llegado aún mi hora".Y dice María a los sirvientes: "Haced cuanto El os diga". Ordena Jesús que llenen de agua seis tinajas, manda escanciarlas, y gustan los convidados un vino mejor que el que hasta entonces se les había servido. Este fue el primer milagro de Jesús, que sirvió para confirmar a sus discípulos.Si María no hubiese intervenido, el Salvador no hubiese obrado el prodigio; sin embargo, el milagro se efectuó, y nota el Evangelio que fue el primero que obró Jesús.¡Qué delicada atención la del Señor!Durante una época entera de su vida, va como a olvidarse de su Madre; pero antes le concede obtener el primer milagro que confirma la fe de sus discípulos. ¡Qué demostración tan espléndida del poder de María!.


2º En la Calle de la Amargura

Acompañada por San Juan y por las piadosas mujeres, María quiso salir al encuentro de su divino hijo. El lugar del suplicio no es ciertamente un sitio adecuado para una madre.Bien sabía Ella que no habría podido prestar ningún socorro a su Hijo pues los verdugos, según la ley, se lo habrían impedido. Sabía muy bien, además, que con su presencia, lejos de disminuir el dolor del Salvador, no haría más que aumentarlo. Esto no obstante, su deber, su calidad de Corredentora, no le permitía estar ausente; impulsada por el deber, se dirigió Ella también hacia el Calvario, al encuentro de su Hijo.Una antigua tradición nos cuenta que la Virgen en vez de agregarse a la multitud tumultuosa que seguía al condenado, tomó un atajo a fin de encontrarse con su Hijo, quizás junto a la puerta por la cual habría debido pasar para dirigirse al Calvario y se encontró de hecho con Él, pero, a causa de los esbirros y de la plebe no hubo ni pudo haber otra cosa, entre Ella y Él, que un rápido cambio de miradas y de afectos, sintetizando en dos palabras pronunciadas más con el corazón que con los labios: "Madre mía, Hijo mío". Cuánto pesar y compasión no se expresarían mutuamente. Cuántas cosas no se dirían en estas dos palabras.


3º María Santísima al pie de la Cruz

Después de haberse visto María como olvidada durante la vida pública del Salvador, reaparece en el momento supremo del sacrificio. Allí está; fuerte en medio de su inmenso dolor. La ve su Hijo, y en su corazón sumergido en el sufrimiento, halla aún, lugar para la compasión y la piedad hacia su Madre. En el momento de la despedida, quiere verse reemplazado para con Ella. ¿A quién confiar tan preciosa misión, sino a su discípulo amado?. "Mujer, dice a María, designando a Juan: he aquí a tu Hijo". "Hijo, dice a San Juan, he aquí a tu Madre".María mira a su alrededor. Sólo ve a Juan, y a Juan precisamente mira Jesús. Entonces comprendió muy bien María que Juan estaba allí en representación de otros hombres, cuyo lugar él ocupaba en esos instantes sublimes, y esos hombres éramos todos nosotros. Recién entonces comprendió el hondo significado de su "fiat" de Nazaret: para salvarnos, para ser Nuestra Madre en el orden de la gracia, debía sacrificar a su Hijo, en el orden de la naturaleza. He aquí, cómo la Santísima Virgen ha quedado constituida Madre nuestra, he aquí cuál es la parte que ha tenido en nuestra redención y hasta qué punto le somos deudores de la vida de la gracia para nuestra salvación.

Videosa la virgen






ESTE VIDEO ESTA DEDICADO A TI MADRE POR TU INMENSO AMOR A NOSOTROS

sábado, 25 de abril de 2009

ACROSTICO DE VIRGEN MARIA


Vives en nuestros Corazones
Intenso el Amor que por tí sentimos
Recordándote como la Madre de Dios
Gustosa es tu misericordia y tus razones
Enseñando tu Amor con tus Perdones
No nos dejes madre no nos abandones

Mujer entre las más bellas Tú eres
A tí con Fe y con Amor te recordamos
Rezos día y noche te imploramos
Importantes momentos vivimos junto a Ti
Amándote mi Alma está.





Virgen eres tú
Imagen de una
Reina dulce y
Grande
Espíritú de una
Niña

Maravillosa que con
Alegría nos invitan a
Remar
Impronunciable es tu nombre y tu
Amistas incondicional

ORACIONES A MARIA


DAME MADRE

Dame tus ojos, Madre,
para saber mirar
si miro con tus ojos, jamás podré pecar.
Dame tus labios, Madre,
para poder rezar,
si rezo con tus labios... Jesús me escuchará.
Dame tu lengua, Madre,
para ir a comulgar,
es tu lengua patena de gracia y santidad.
Dame tus manos, Madre,
que quiero trabajar,
entonces mi trabajo, valdrá una eternidad.
Dame tu manto, Madre,
que cubra mi maldad,
cubierta con tu manto al cielo he de llegar.
Dame tu cielo, oh Madre,
para poder gozar ,
si tú me das el cielo, ¿qué más puedo anhelar?
Dame a Jesús, oh Madre,
para poder amar,
ésta será mi dicha por una eternidad.
Amén.




BAJO TU PROTECCION

Bajo tu protección nos acogemos, Santa Madre de Dios; no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita.

Ruega por nosotros santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

Amén.





Poemas a María



Quiero ser eremita del Carmelo,
contemplar en la nube tu presencia,
sentir el aleteo de la Esencia,
navegar con tu Estrella por el cielo,

llevar el manto, prueba de tu celo
en ofrecer al mundo tu asistencia,
el signo de mi entrega y dependencia,
tu obsequio generoso, tu consuelo.

Será tu escapulario la armadura
que me libere de mortales sellos
y me salve de error en noche oscura.

Espero que mi humana singladura,
guiada por la luz de tus destellos,
arribe al puerto azul de la ventura.

Poemas a María


A MARÍA

Como una niña, madre del cielo
Déjame apoyar mi cabeza en tu regazo
de amor materno.
Déjame arrancar este duelo
del corazón y cobijarlo
bajo tu velo devotamente.
¡Quiero olvidar
su latido seco en mi frente!

Déjame vivir a tu lado,
cerca de ti podré volar.
Déjame sentir tu amistad
y aquel perdón que te pedí
por tu bondad y tu desvelo.
¡Quiero reír, quiero cantar,
madre del cielo!

Déjame rezar a tus pies,
junto a la cuna del Nazareno.
Déjame abrazar el consuelo
de su Pasión, tocar su túnica
en el Carmelo rendidamente.
¡Quiero encontrar valor
en mi cuerpo doliente!.

Déjame dormir con la luz

LA ASUNCION DE MARIA


La tradición de la Iglesia muestra que este misterio "forma parte del plan divino, y está enraizado en la singular participación de María en la misión de su Hijo".
"La misma tradición eclesial ve en la maternidad divina la razón fundamental de la Asunción. (...) Se puede afirmar, por tanto, que la maternidad divina, que hizo del cuerpo de María la residencia inmaculada del Señor, funda su destino glorioso".

Juan Pablo II destacó que "según algunos Padres de la Iglesia, otro argumento que fundamenta el privilegio de la Asunción se deduce de la participación de María en la obra de la Redención".

"El Concilio Vaticano II, recordando el misterio de la Asunción en la Constitución Dogmática sobre la Iglesia (Lumen Gentium), hace hincapié en el privilegio de la Inmaculada Concepción: precisamente porque ha sido 'preservada libre de toda mancha de pecado original', María no podía permanecer, como los otros hombres, en el estado de muerte hasta el fin del mundo. La ausencia de pecado original y la santidad, perfecta desde el primer momento de su existencia, exigían para la Madre de Dios la plena glorificación de su alma y de su cuerpo".

El Papa señaló que "en la Asunción de la Virgen podemos ver también la voluntad divina de promover a la mujer. De manera análoga con lo que había sucedido en el origen del género humano y de la historia de la salvación, en el proyecto de Dios el ideal escatológico debía revelarse no en un individuo, sino en una pareja. Por eso, en la gloria celeste, junto a Cristo resucitado hay una mujer resucitada, María: el nuevo Adán y la nueva Eva".

Para concluir, el Papa aseguró que "ante las profanaciones y el envilecimiento al que la sociedad moderna somete a menudo al cuerpo, especialmente al femenino, el misterio de la Asunción proclama el destino sobrenatural y la dignidad de todo cuerpo humano".

Las devociones marianas mas destacadas


a) El Santo Rosario: Pocas devociones son tan gratas a María como el Santo Rosario, recomendada por los Romanos Pontífices con tanta insistencia. Innumerables son las gracias que han recibido los fieles a través de esta oración, ya sea recitada en común o personalmente. la pena temporal), además de las anteriores, requeridas para la indulgencia parcial, son: confesión, comu¬nión, oración por las intenciones del Romano Pontífice y, ex¬cluir todo afecto al pecado, incluso venial.

b) Las fiestas de la Virgen: En primer lugar está la participación interior con oración y consideraciones personales y la exterior con asistencia a los actos de culto de las diversas fiestas que, a lo largo del año, dedica la Iglesia para honrar a la Santísima Virgen.

c) El Angelus: El Angelus: es el recuerdo del encuentro del Ángel con Nuestra Madre, en el cual le anunció su divina maternidad. Recitarlo todos los días a las doce o en la media tarde, con pausa y atención, nos traerá la presencia de la Señora y el agradecimiento por su respuesta.

d) El Escapulario de la Virgen del Carmen: Llevar el Escapulario de la Virgen del Carmen o alguna otra medalla es señal de fe en su intercesión poderosa y símbolo de nuestra alianza con Ella.

e) Las tres Aves Marías: No acostarnos nunca sin rezar con devoción tres veces el Avemaría, es costumbre que puede valernos para que nuestros últimos pensamientos vayan hacia María que vela nuestro sueño y, con su poder, puede alejarnos al enemigo de nuestra alma y de nuestro cuerpo.

f) El sábado, día de la Virgen: El sábado es tradicionalmente en la Iglesia el día de la semana que se dedica a la Virgen, y en él podemos manifes¬tarle de modo más intenso nuestro cariño, estando más pen¬dientes de Ella a través de jaculatorias, miradas a las imágenes se le pueden poner flores frescas ese día a sus imágenes.

g) La consagración a María: Un medio eficaz para vivir fielmente los compromisos la consagración a María, que puede hacerse de dos formas: considerando a María como Reina (consagración de esclavitu¬d mariana) o bien, como Madre (de piedad filial mariana). modo de ejemplo

La devoción a la Santísima Virgen


María, por su gran poder de intercesión, consigue mayores gracias de Dios para vivir mejor nuestra vida cristiana.

La devoción, dice Santo Tomás de Aquino, "no es otra cosa que una voluntad pronta para entregarse a todo lo que pertenece al servicio de Dios” (S.Th. II II, q.82, a.1). La devo¬ción, pues, radica en la intimidad de] que se siente inclinado al servicio amoroso de quien le es superior, que en el caso que nos ocupa es la Madre de Dios y Madre de todos los hombres.

Cuando se acepta con fe y buena voluntad la primacía de Santa María sobre los Angeles y los Santos, por ser la Madre de Dios y por su estrecha relación con los misterios de Cristo Redentor, se produce en los cristianos una actitud de venera¬ción a María tal, que se manifiesta en un culto litúrgico lleno de respeto, en devoción personal recia y profunda, en prácti¬cas de piedad que la Iglesia recomienda y bendice. Esto no entorpece el culto a Dios, sino que lo favorece e impulsa

LOS FRUTOS DE LA DEVOCION A MARIA

Los frutos de la devoción a la Santísima Virgen son los siguientes:

a) Quienes la honran obtienen una mayor benevolencia de parte de María.

b) A los pecadores, que junto con el deseo de enmendarse la honran y se ponen bajo su protección

c) A quienes la invocan confiada y perseverantemente, María puede alcanzarles la gracia de la perseverancia final.

d) Finalmente, si tenemos en cuenta que la devoción a María se deriva de la fe en la Encarnación redentora, a mayor fe, mayor devoción y, en consecuencia, se confirman en la Iglesia los fundamentos de la fe y se desvanecen las herejías. Santa María es Madre de la Iglesia.

Oraciones Marianas


La oración mariana más antigua conocida es "Sub tuum praesidium" (Bajo tu protección: SUB tuum praesidium confugimus, Sancta Dei Genetrix. Nostras deprecationes ne despicias in necessitatibus, sed a periculis cunctis libera nos semper, Virgo gloriosa et benedicta. Amen.

“Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios; no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos siempre de todo peligro, Oh Virgen gloriosa y bendita”.

Un papiro egipcio del siglo III (publicado por Roberts en Manchester en 1938) contiene la tan conocida oración Sub tuum praesidium (Bajo tu protección), que más tarde entraría a formar parte de las liturgias romana, ambrosiana, bizantina y copta. Esta oración es una invocación confiada en la protección de la Madre de Dios para que nos libre de todos los peligros y está considerada como la oración mariana más antigua. La razón de dicha confianza está clara: los primeros cristianos vieron en María a «la llena de gracia», la «bendita entre todas las mujeres».

Existen diversas oraciones marianas para venerar o pedir la intercesión de María , entre ellas se encuentran el Ave María, el Angelus, el Regina Coeli (que se reza en el tiempo litúrgico de Pascua en lugar del Angelus), la Salve y también el Bendita Sea tu pureza:

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea en tan preciosa belleza.
A Ti Celestial Princesa, Virgen Sagrada María,
Yo te ofrezco en este día, alma, vida y corazón.
Míranos con compasión, no nos dejes Madre Mía. Amén.

También es conocida la oración que comienza con las palabras el Oh señora mía:
"Oh señora mía, oh madre mía, yo me ofrezco enteramente a ti y en prueba de mi filial afecto te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua y mi corazón: en una palabra, todo mi ser; ya que soy todo tuyo, madre de bondad, guarda y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén."

Apariciones de María


Según la Iglesia Católica y las Iglesias ortodoxas, es posible que María y los santos puedan comunicarse privadamente con los hombres. Los mensajes revelados a los videntes son consideradas por la Iglesia como revelaciones privadas (mensajes que pueden ayudar a la salvación). Sin embargo, aunque la Iglesia apruebe una aparición como auténtica manifestación sobrenatural y diga que los mensajes están de acuerdo con la doctrina y tradición cristiana, estas revelaciones no son consideradas como una verdad de fe, lo que deja en libertad a los creyentes de aceptarlas o no. Las apariciones de María son indicadas en la teología católica con el término técnico de Mariofanías.

La historia de la Iglesia católica recuerda numerosas apariciones, de las cuales sólo algunas han sido aprobadas oficialmente. Entre las más conocidas podemos citar:
Medjugorje (1981), entre otras.

María en la Iglesia Católica

A pesar de ser una figura casi oculta en los evangelios (con pocas menciones), la atención sobre la persona de María fue creciendo con el paso de los siglos, apareciendo en las reflexiones sobre ella todo tipo de virtudes y cualidades.

Cuestiones teológicas


Como la doctrina de la Trinidad considera a Jesús una de las personas divinas (SANTISIMA TRINIDAD), se le da a María el título de theotokos, 'Madre de Dios'. Según la teología católica, es correcto denominarla de esta forma pues Jesús unía en una misma persona dos naturalezas (la humana y la divina), y cuando se habla de María como Madre de Dios se refiere a María como madre de Jesús en toda su persona. El catolicismo encuentra correcto el referirse a María como Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo, y Esposa del Espíritu Santo. Su razonamiento lógico es el siguiente; "Si Jesús es Dios y María es madre de Jesús, entonces María es Madre de Dios". La encarnación significa que en un instante la segunda Persona de la Trinidad, el Verbo, de naturaleza divina, asumió plenamente la naturaleza humana -sin menoscabo de su condición divina- al ser concebido milagrosamente en María. Como fue instantánea y esencial, María en ese momento empezó a ser madre de Jesús: hombre-Dios.

Mientras la Reforma disminuía la posición de María, en la Iglesia católica esta seguía creciendo. En 1854, se produjo la proclamación, por parte del Papa Pío IX del dogma de la Inmaculada Concepción: María fue liberada del pecado original en su propia concepción, de manera que vivió una vida completamente sin pecado, cuestión que tampoco es aceptada por los protestantes. Por tanto, la Iglesia Católica considera dogma de Fe que "la Santísima Virgen, en el primer instante de su concepción, por singular gracia y privilegio concedido por Dios omnipotente, en previsión de los méritos de Jesucristo Salvador del género humano, fue preservada inmune de toda mancha de pecado original"

Por medio de la Constitución Apostólica "Munificentísimas Deus" del Papa Pío XII proclamó el dogma de la Asunción de la Virgen el 1 de noviembre de 1950: "Después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces y de invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios omnipotente, que otorgó a la Virgen María su peculiar benevolencia; para honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte; para aumentar la gloria de la misma augusta Madre y para gozo y alegría de toda la Iglesia, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra, pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado que La Inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen María, terminado el curso de su vida terrenal, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo". Al definir este dogma, Pío XII no hizo más que definir solemnemente lo que los fieles siempre habían creído, es decir, la "necesidad" de que la carne de la Mujer que había dado carne al Hijo de Dios escapara a la corrupción de la carne. Las confesiones protestantes niegan esta proposición.