El concepto teológico, filosófico y antropológico de Dios hace referencia a una suprema deidad adorada por algunas religiones, en especial las de origen abrahámico y algunas relacionadas con ellas.
Su conceptualización ha sido tema de debate en casi todas las civilizaciones humanas.
La Biblia dice que "las cualidades invisibles de Dios se ven claramente desde la creación del mundo en adelante, porque se perciben por las cosas hechas, hasta su poder sempiterno y Divinidad, de modo que ellos son inexcusables". Estas palabras de Romanos 1:20 refleja muy bien el pensar de los cristianos del primer siglo respecto a este ser supremo, a saber, Dios.
Desde la Edad Media y en la actualidad la tradición católica hace de Dios un objeto de estudio teológico. Desde tiempos de Tomás de Aquino (1225-1274), la Iglesia Católica asume que la existencia de Dios no es tarea comprobable por el método científico, sino que su existencia ha de demostrarse en el ámbito de la metafísica.
En el Islam, el Corán no discute en profundidad el tema de demostrar la existencia de Dios, ya que dice ésta es confirmada por el instinto humano puro y sano (así como por la mente no contaminada con «la impureza del politeísmo»). Más aún, la afirmación de la Unidad Divina, es algo natural e instintivo.
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