a) El Santo Rosario: Pocas devociones son tan gratas a María como el Santo Rosario, recomendada por los Romanos Pontífices con tanta insistencia. Innumerables son las gracias que han recibido los fieles a través de esta oración, ya sea recitada en común o personalmente. la pena temporal), además de las anteriores, requeridas para la indulgencia parcial, son: confesión, comu¬nión, oración por las intenciones del Romano Pontífice y, ex¬cluir todo afecto al pecado, incluso venial.
b) Las fiestas de la Virgen: En primer lugar está la participación interior con oración y consideraciones personales y la exterior con asistencia a los actos de culto de las diversas fiestas que, a lo largo del año, dedica la Iglesia para honrar a la Santísima Virgen.
c) El Angelus: El Angelus: es el recuerdo del encuentro del Ángel con Nuestra Madre, en el cual le anunció su divina maternidad. Recitarlo todos los días a las doce o en la media tarde, con pausa y atención, nos traerá la presencia de la Señora y el agradecimiento por su respuesta.
d) El Escapulario de la Virgen del Carmen: Llevar el Escapulario de la Virgen del Carmen o alguna otra medalla es señal de fe en su intercesión poderosa y símbolo de nuestra alianza con Ella.
e) Las tres Aves Marías: No acostarnos nunca sin rezar con devoción tres veces el Avemaría, es costumbre que puede valernos para que nuestros últimos pensamientos vayan hacia María que vela nuestro sueño y, con su poder, puede alejarnos al enemigo de nuestra alma y de nuestro cuerpo.
f) El sábado, día de la Virgen: El sábado es tradicionalmente en la Iglesia el día de la semana que se dedica a la Virgen, y en él podemos manifes¬tarle de modo más intenso nuestro cariño, estando más pen¬dientes de Ella a través de jaculatorias, miradas a las imágenes se le pueden poner flores frescas ese día a sus imágenes.
g) La consagración a María: Un medio eficaz para vivir fielmente los compromisos la consagración a María, que puede hacerse de dos formas: considerando a María como Reina (consagración de esclavitu¬d mariana) o bien, como Madre (de piedad filial mariana). modo de ejemplo
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